sábado, 3 de noviembre de 2007

Puerto Madryn - Ushuaia

Vientos patagónicos

La mañana amaneció con una ventolera fuerte que incluso hizo que los puertos permanecieran cerrados, por lo que no pudimos hacer el avistaje de toninas (un delfín pequeño blanco y negro muy juguetón) desde Puerto Rawson. Suerte que el día anterior ya habíamos hecho el avistaje de ballenas, ya que hubo gente que se quedó sin esa oportunidad hoy por culpa del viento.

A cambio contratamos con la agencia Sentir Patagonia una excursión de 2 horas a Punta Loma, una lobería ($55 + $20 entrada a la reserva). En la agencia ofrecían otra excursión al mismo sitio en 4x4 ($75) pero ya estaba llena.

Al bajarnos de la furgoneta lo primero fue abrigarse del fuerte viento. Si bien hacía buena temperatura, la sensación térmica era muy baja por el aire. Ahora me explico lo agreste del terreno. Lo que no me explico es por qué no instalan molinos de viento para producir electricidad. El viento está garantizado y el paisaje no se estropearía por ello.

Los simpáticos lobos de mar.

Y al fin los lobos. Hay un pequeño mirador sobre una pequeña playa de piedras. Hay que ir con la marea baja, ya que sino se cubre completamente y los lobos se van a alta mar a alimentarse.

A diferencia de los panchos elefantes marinos que vimos en Punta Candor, los lobos son mucho más activos. El hecho de que la playa sea pequeña provoca que haya muchas disputas entre los machos, y también es una gozada ver a los pequeños jugar en el agua.

Leones marinos en Punta LomaLeones marinos en Punta LomaLeones marinos en Punta LomaLeones marinos en Punta Loma


Aerolíneas es casi puntual ¿un espejismo?

A la vuelta al hostal a por las maletas, compramos unas empanadas recién hechas en el famoso Miguelito ($2 cada una), que devoramos más tarde en el aeropuerto de Trelew. Riquísimas, sobre todo me gustó la de pollo. El establecimiento hace honor a su fama.

Por una vez Aerolíneas salió casi a su hora, con sólo 20 minutos de retraso. Esperamos no tener más sorpresas desagradables.

En Ushuaia anuncian 2°C de temperatura y algo de nieve. Vamos a bajar casi 20 grados de golpe... ¡¡pónganse los abrigos!!

Aerolíneas Argentinas


¿Frío? No es para tanto

Aterrizaje en el coqueto aeropuerto de Ushuaia, aunque falto de una ampliación. Tomamos un taxi hasta el hotel ($10), al que llegamos en 10 minutos.

En Ushuaia elegimos el Hostal Malvinas, $190 la noche con desayuno y Wifi. Está muy céntrico, tan solo dos cuadras (manzanas) por encima de la calle principal. La habitación nos dio mala impresión, ya que era vieja y algo pequeña, y encima la colcha estaba muy sucia (desde luego, no es lo que aparenta en Internet). Lo peor es que tenía calefacción a gas con llama: me pareció peligroso. La ducha necesita una renovación y los mandos son muy difíciles de regular. Sin embargo, el desayuno está muy bien para el precio: café, tostadas, croissants crujientes, mermeladas varias y dulce de leche, y el local de cafetería está bien decorado. Lo mejor es el dueño del establecimiento. Te puede dar muy buenos consejos sobre qué hacer y te ayuda a organizarte en Ushuaia en un momento.

Tras una visita a la oficina de turismo, bajamos hasta el puerto a contratar la navegación del Canal Beagle para el día siguiente. Hay una plazoleta en el puerto con todas las empresas y hay variedad de barcos, desde veleros para 10 personas hasta catamaranes de 200.

Buscábamos un barco pequeño, así que había dos compañías: Patagonia, con un chico muy amable atendiendo, y Tres Marías. La diferencia es que la primera va hasta un faro en medio del Canal Beagle (ojo, que NO es el faro del fin del mundo) y la segunda desembarca en la isla H para ver la fauna y flora de la misma. Finalmente reservamos con Tres Marías por $140 en velero. En barco pequeño a motor cuesta $120.

If y Tres Marías


Luego fuimos al Museo del Presidio del Fin del Mundo (aquí todo lleva esa etiqueta). La entrada cuesta $35 y vale para dos días. Es una antigua cárcel reconvertida en museo y es inevitable acordarse de la serie Prison Break al entrar. Cada celda cuenta historias de algún preso o estampas de la vida en la cárcel. Hay otra zona de museo naval y una de las alas no ha sido renovada y conserva el estado original y se sienten el frío y la humedad que debieron padecer los presos. En resumen, el museo está bien para rellenar un rato libre.

Museo del Presidio en Ushuaia


Para cenar fuimos a La Rueda, un tenedor libre en la calle principal (Av. San Martín). Por $42 tienes un buffet de comida variada y, lo más importante, puedes ir las veces que quieras hasta la parrilla y pedir directamente al parrillero la pieza de carne que quieras. Las bebidas son aparte y seguimos probando vinos de Mendoza. Esta vez un Latitud 33 Syrah, bastante rico. En cuanto a la carne, el cordero es excelente a pesar de estar a final de temporada y que los corderos estén conservados en frío. En cambio el vacuno no me ha parecido tan maravilloso como se dice, aunque me comentaron que la carne mejor se lleva a Buenos Aires. Habrá que comprobarlo.


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