miércoles, 31 de octubre de 2007

Asturias - Madrid - Buenos Aires

Después de todos los planes, de cuadrar todos los vuelos, de buscar y rebuscar hoteles, ha llegado el gran día. El día de partir. El día de empezar esta gran aventura.

Aerolíneas Argentinas = retraso

Los vuelos hacia Madrid son carísimos, cuestan casi 200 euros por cabeza y ahora hay poca frecuencia: los de Iberia, 1 diario de Spanair y 2 de EasyJet. Así que la opción menos mala que se ajuste a nuestro horario es un coche de alquiler, conduciendo 4 horas y pico (55€ + 60 de gasolina y peajes). Asturias nos despide con un buen chaparrón.

La primera sorpresa desagradable del viaje fue al llamar para reconfirmar el vuelo de Aerolíneas a Buenos Aires (tlf. 900 955 747). Creí que eso era una práctica antigua del siglo XX. Nos informaron de que la salida prevista a las 22:50 se retrasaba hasta las 3 de la madrugada. ¿Sería para ahorrarse las cenas?

Por supuesto a las 3 y pico ni se había embarcado ni se tenían noticias de la tripulación. Hubo incluso rumores de que había huelga. A las 4 de la mañana aparecieron para embarcar entre sonoros e irónicos aplausos del pasaje que pacientemente les estábamos esperando. La excusa que pusieron es que a ellos les habían avisado de que el vuelo salía a las 4.

Por cierto, los billetes nada baratos: unos 1200 euros a través de su web comprados con mes y pico de antelación. También los puedes comprar por teléfono (900 955 747) pero cobran más comisión. Aerolíneas es muy curiosa y para el pago exige que te pongas en contacto con una de las sucursales en España y que les mandes por fax los datos de la tarjeta o de una transferencia. Nosotros llamamos a la agencia de La Coruña y Teresa nos atendió estupendamente.

Finalmente despegamos casi a las 6:00... desde las 22:50 previstas no está mal... Parece que Aerolíneas hace honor a su fama de retrasarse.

Aerolíneas Argentinas


¡¡¡Tierra a la vista!!!

Es la primera vez que cruzo el "charco". Desde luego no es la emoción que sentiría Rodrigo de Triana al ver América, pero es un pequeño hito en la vida. Entramos por algún lugar al norte de Brasil. Se ven unas playas con una pinta estupenda. Todavía quedan 5 horas de vuelo.

¡Ah! Y es la segunda vez que paso el Ecuador. ;-)

Casualmente el avión pasa casi encima de las Cataratas de Iguazú, aunque no se ve nada. Me quedé con esta vista del río Paraná.

Río Paraná


Desde arriba Buenos Aires impresiona. Impresiona su tamaño, impresiona la geometría cuadriculada de sus calles e impresiona el Río de la Plata por su anchura.

Aterrizaje en Ezeiza-Ministro Pistarini. Tomamos -en 30 minutos en Argentina ya hemos dicho "coger" como 10 veces- un remis hacia Aeroparque con Transfer Express por $90.

Aerolíneas = más retrasos...

Al llegar a Aeroparque el vuelo a Trelew, previsto a las 17:40, se retrasa a las 19:40, cómo no.

Al estar cerca del centro de Buenos Aires decidimos tomar un taxi hasta Plaza de Mayo ($15), no sin antes comer algo en un puesto ("El Tano Criollo") de los muchos que hay a la orilla del Plata enfrente del Aeroparque. Comimos un bocata de bondiolita y otro de churrasquito (básicamente unos filetes) recién hechos a la plancha. Junto con una Coca-Cola de 600 ml. hicieron $19,50 y con el hambre que apretaba a esas horas entraron fenomenal.

Buenos Aires nos recibió con algo de lluvia. Quizá por ello la primera impresión no fue buena. Nos dio la sensación de que monumentalmente hay poco que ver. Eso sí, el bullicio por la calle es constante, tanto de coches como de personas. Tras la foto de Casa Rosada, Plaza de Mayo y Catedral Metropolitana caminamos sin rumbo por la calle Florida. Esta calle debe de ser el paraíso de aquéllos a los que les gusta ir de compras, especialmente por los artículos de piel.

Definitivamente nos decantamos más por la naturaleza que por los paisajes urbanos, así que tomamos otro taxi de vuelta a Aeroparque ($15), que nos llevó por "la otra cara de Puerto Madero", un barrio chabolista en el que la gente sigue construyendo, amontonando chabolas una encima de otra, aunque me sorprendió el hecho de que cada quien tiene su parcelita con número de puerta y todo. Por contra, Puerto Madero es una renovación del antiguo puerto en la que están construyendo rascacielos, una zona comercial y de restaurantes caros y de diseño. Intuí por lo que contaba el taxista, que al argentino medio le queda muy lejano el acceso a esa parte.

Aerolíneas = ...y cancelaciones

Al poco de volver a Aeroparque nos enteramos de la cancelación del vuelo. Parece que hay huelga. Como para el día siguiente ya no nos daría tiempo a llegar a la excursión de día completo de avistaje de ballenas, que empiezan a primera hora de la mañana, y ante la posibilidad de que sigan cancelando vuelos, como nos contó una amable argentina que llevaba 2 días intentando volver a Neuquen, decidimos pedir la devolución del billete e irnos en autobús a Puerto Madryn.

Tomamos (todavía no nos hemos acostumbrado a no decir "coger") un remis a la estación de Retiro, que sale por $28 en Manuel Tienda León (el doble de caro que un taxi a pesar de estar más cerca que el centro). Eso sí, nos llevó en un tiempo récord porque sino no pillábamos el autobús. Llegamos justo cuando partía (20:15). Este autobús pasa por Ezeiza a las 21:15, así que puede ser una opción para ir a Puerto Madryn directamente desde el aeropuerto internacional. Con la compañía Don Otto (www.donotto.com.ar) el billete cuesta $246.

Me quedo helado cuando me entero de que el viaje durará hasta las 12:30 del día siguiente (sí, ¡16 horas!). Contaba con las grandes distancias y pensaba en unas 10 horas, pero esto supera todo lo que te imaginas. En España se tarda menos tiempo en ir de punta a punta.

Así, inesperadamente iba a tener ocasión de probar los afamados, por cómodos, autobuses argentinos.

Autobús argentino


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